domingo, 2 de agosto de 2015

UN DESAYUNO PROTEICO

Cuando estaba embarazada de mis mellizos, la ginecóloga me puso, por propia petición mía, una dieta de 2.000 calorías. Esta incluía la friolera de 11 huevos a la semana. Yo reduje la ingesta a unos 7, y cuando el menú indicaba tortilla de dos huevos, yo ponía sólo uno. Le pregunté a la médico si 11 huevos no serían demasiado y me respondió que no. Yo no iba a tomar rebozados, bollería, mayonesa o algún otro producto con huevos. Además, los huevos contienen proteínas de alta calidad biológica. Esto significa que:

1.- Son fácilmente digeribles.
2.- Contiene un número elevado de aminoácidos esenciales.

Así que desde entonces, soy una aficionada a los huevos en todas sus versiones. Aunque reconozco que como más me gustan son pochados.

Por eso, decidí incluirlos también en mi desayuno, en mi huida desesperada de las galletas o productos de bollería. Además de ricos, son bastante saciantes y combinan fenomenal tanto con dulce como con salado.

Mi desayuno este día fueron unas tostas de huevos revueltos con eneldo, plátano y arándanos. Exquisito y energético.



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